¿QUÉ SON LOS DESLIZAMIENTOS DE ROCAS Y LOS DE TIERRA?
El control de los deslizamientos y caídas de rocas son técnicas de monitoreo geotécnico utilizados para evaluar y mitigar el riesgo de deslizamientos y caídas de rocas, que son dos tipos de fallos de taludes que pueden producirse en terrenos rocosos.
El monitoreo de derrumbes consiste en el control continuo de la estabilidad de grandes rocas o masas rocosas situadas en una ladera. Estas rocas o masas pueden volverse inestables y derrumbarse, con el consiguiente riesgo para la vida humana y las infraestructuras. Para monitorear los deslizamientos se suelen utilizar inclinómetros, instrumentos que miden los cambios de ángulo en la roca. Si el ángulo varía por encima de un determinado umbral, puede indicar que la roca o la masa se está volviendo inestable y podría derrumbarse. También se utilizan con este fin los fisurómetros y los extensómetros.
El monitoreo de los deslizamientos de rocas consiste en el control continuo de la estabilidad de acantilados o paredes rocosas que corren el riesgo de sufrir caídas. Los deslizamientos de rocas se producen cuando bloques de roca se desprenden de un acantilado o pared rocosa y caen por la ladera. Los datos recogidos pueden utilizarse para evaluar la frecuencia y magnitud de los deslizamientos de rocas en una zona determinada, y para desarrollar medidas adecuadas para mitigar los riesgos.
Tanto el monitoreo de derrumbes como el de los deslizamientos de rocas son herramientas importantes para evaluar el riesgo de derrumbes de taludes y desarrollar medidas adecuadas para mitigar los riesgos. Esto puede incluir la instalación de barreras protectoras o sistemas de captación para evitar la caída de rocas o cantos rodados sobre carreteras o edificios, o la implantación de sistemas de alerta para avisar a las comunidades cercanas de la inminencia de un derrumbe de talud.